El Pájaro Quiero-quiero es un ave de tamaño medio a pequeño, que pertenece a la familia de los Charadriidae. Su nombre científico es Vanellus chilensis y en inglés es conocido como Southern Lapwing. Se llama popularmente como tetê, tostado, tendra, ternera, espanta-boiada, abibe-del-sur y teru-teru. El sonido emitido por Quero-quiero es algo similar a «tero tero», de ahí el ave acabó ganando su nombre popular.
América del Sur. Se encuentra desde la Argentina y el este de Bolivia hasta la margen derecha del bajo Amazonas y algunos puntos de Centroamérica. Está ampliamente distribuido por Brasil, especialmente en los estados del Sur.
Habita las grandes campiñas húmedas y los espraiados de los ríos y lagunas. Prefiere vivir en campos, playas arenosas, brezos, manglares y várzeas húmedas. Lugares donde predomina la vegetación rastrera. Puede tolerar los hábitats degradados y con presencia humana. Puede penetrar en áreas urbanas, como aeropuertos, jardines, césped e incluso campos de fútbol, por lo que a menudo se convierte en noticia entorpeciendo a los jugadores en partidas.
Características físicas del Quiero-quiero
No hay dimorfismo sexual. Su tamaño es de 32 a 38 cm de largo, pesando alrededor de 300 a 320 gramos. Su plumaje es negro contornada de blanco en la frente y en la garganta, y una amplia área negra brilla en el pecho. De la parte superior de la cabeza y lados del cuello, hasta el dorso, es gris claro, pudiendo tener un tono de marrón. El hombro tiene un color de tierra, las plumas externas de las alas pasan de los tonos grisáceos junto al cuerpo hasta el blanco, terminando en un azul oscuro casi negro. Por dentro las alas son blancas. La cola tiene una fina banda blanca en el extremo. El abdomen es blanco, el iris del ojo es rojo, el pico pasa del rojo al negro en la punta, y las patas son rojas.
Tiene esporas óseas en las alas, con 1 cm de longitud. Él los exhibe a rivales o enemigos durante el vuelo. Este esporón se utiliza tanto para el ataque como para la defensa de su territorio y también de los cachorros.
Los cachorros de Quiero-quiero poseen una pluma gruesa gris oscuro o casta con negro. En el caso de los insectos, los gusanos, los invertebrados acuáticos, los artrópodos, los insectos, los invernaderos, los invernaderos, los artrópodos, moluscos terrestres, larvas atrapadas en el suelo, además de peces pequeños atrapados en aguas poco profundas.
Reproducción de Quiero-quiero
Normalmente son monogámicos. No es muy detallista con la construcción de los nidos, basta que estén en una pequeña depresión en el suelo, compuesta por un montón de paja y gravillas en forma más o menos circular.
Ponen de tres a cuatro huevos verdosos, con la cáscara pintada de negro y que pesan alrededor de 26 gramos. Los huevos tienen el formato de pión o pera. Tal forma es adecuada para rodar alrededor de su propio eje y no lateralmente. Todas estas características hacen que los huevos queden camuflados con el suelo, dificultando la vida de predadores.
El período reproductivo varía de región a región. Es necesario que el ambiente esté en el período lluvioso para que los padres puedan reproducir. En promedio el Quiero-quiero tendrá 3 almendras al año.
Los cachorros de Quiero-quiero nacen con el instinto de caza. En pocos instantes después del nacimiento ellos se vuelven bien activos y empiezan a acompañar a los padres en la búsqueda de alimentos. A los 60 días de vida los cachorros ya presentan el plumaje de los adultos, aunque con algunas estrías. Los grandes predadores de los cachorros son mamíferos, aves de rapiña, el hombre, reptiles y el carcar.
Es un ave muy popular en Brasil y apreciada por los granjeros. Siempre que hay invasores en el territorio ellos hacen un gran desastre y acaban alertando al propietario.
Es a ave-símbolo de Uruguay y de Rio Grande do Sul ya través de él se formaron y que se ha convertido en un personaje literario y dramatúrgico.
Como cita Rui Barbosa que llamó el ave de » el canciller de los potreros «: Este pájaro curioso, a que la naturaleza concedió el penacho de la garza real, el vuelo del cuervo y la laringe del gato, tiene el don de llenar los descampados y sangras de las macegas y cañadas con el grito estridulo, rechinante, profundo, donde el gaúcho descubrió la fidelísima onomatopea que lo bautiza
Canto de Quiero-quiero
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